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Las escuelas libres

¿En qué consiste una escuela libre?

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Introducción

Muchas familias optan por la crianza respetuosa pero cuando llega el momento de escolarizar a sus hijos ven cómo la escuela tradicional altera esa forma de entender el desarrollo y la educación. ¿Es tu caso? Entonces la escuela libre puede ser una buena alternativa para tus hijos. En este articulo descubrirás los motivos.

Las escuelas libres y sus fundamentos

El objetivo de estas escuelas es formar a personas libres y por ello fomentan que los niños tengan libertad para desarrollar sus cualidades, mediante una pedagogía no directiva. Eso significa que los niños aprenden mediante la experimentación, según sus intereses y necesidades evolutivas. 

Consideran que la manera de despertar el interés de los niños es proponiendo métodos más activos que permitan tomar la iniciativa, decidir qué hacer y qué aprender en cada momento. De esta manera, se están formando a personas autónomas, conscientes, críticas.

La educadora, por su parte, observa y acompaña a los niños en ese proceso en lugar de dar órdenes. Su papel es fundamental porque debe identificar las inquietudes y necesidades de los niños y proponer actividades que las cubran. Se entiende que si el ambiente tiene los estímulos necesarios y la educadora ofrece sus orientaciones no directivas, el niño aprende por sí mismo.

Las escuelas libres suelen funcionar mediante asambleas entre educadores y familias, y los padres colaboran tanto en la propuesta de actividades como en la mejora de los espacios de la escuela.

El día a día en una escuela libre

En estas escuelas suele haber espacios muy bien diferenciados, cada uno con gran diversidad de objetos y materiales que permiten la experimentación, de manera que se empiece aprendiendo lo concreto para pasar posteriormente a lo abstracto.

Así, el niño tiene acceso a información y materiales didácticos que le permiten aprender por sí mismo, con la posibilidad de pedir ayuda a los demás, cooperar y posteriormente compartir con los demás lo aprendido, dándole una utilidad social.

La educadora suele proponer actividades basándose en los intereses del grupo, pero si algún niño no quiere participar en esa actividad tiene total libertad para no hacerlo.

Las escuelas libres no ponen exámenes, sino que se basan en la auto-evaluación, en el uso de registros de observación y en las asambleas de grupo para conocer las actitudes y conocimientos de los niños, tomar decisiones conjuntas, asumir compromisos y valorar su cumplimiento. 

La comunicación es una pieza clave en las escuelas libres: se fomenta que los niños tengan confianza para decir lo que piensan, equivocarse, hacer críticas, resolver problemas, expresar sus necesidades... En definitiva, confiar en sus propias ideas, compartirlas y ser respetuoso con las ideas de los demás.

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Escrito por:

Irene Seguranyes Ventura
Irene Seguranyes Ventura

Psicóloga infantil, especialista en e-learning (educación y TIC)

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