Aula Hogar: formación para madres y padres

He realizado el segundo encuentro de Aula Hogar con un grupo de madres que tienen mucho en común. Sus hijos e hijas son de edades similares, alrededor de los 3 años, muchas tienen que lidiar con los celos de un segundo hermano y todas ellas desean disfrutar con su maternidad y para ello han buscado orientación y ayuda. En este caso, la mía.

Para aprender nuevas maneras de relacionarnos y estar con nuestros hijos, primero hemos de aprender nuevas maneras de relacionarnos con nosotros mismos. Este aprendizaje implica un desaprender lo que hasta ahora venimos haciendo y no nos da buen resultado, pero es el  fruto del modelo educativo que hemos aprendido y venimos repitiendo sin darnos cuenta.

Aprendizajes que implican desaprendizajes

Este proceso de desaprendizaje-aprendizaje nos irá encaminando hacia diferentes cambios de actitud, maneras de ser y estar, cambios internos que nos conducen hacia la dirección del amor y de ser mejores personas.

Ser mejores personas, deshacernos de aquello que cultiva en nosotros el miedo, el control, la inseguridad para apoyarnos en el amor, la confianza, el verdadero contacto es lo que hará que mejore la relación con nuestros hijos (es el efecto secundario que tiene este camino…).

Vaciar para poder llenar

Como este camino no se hace de forma rápida ni mágica, sino que implica ir de poquito a poquito, este encuentro lo hacemos mensual durante un tiempo.

El primer encuentro hicimos un vaciado de todo aquello nos ahogaba, poder expresar ¡estoy harta! (de la responsabilidad, llegar a todo, la impotencia cuando no sé qué hacer, no tener tiempo para una, hacerlo todo sola, etc ). Sin juzgar, sin evaluar nada.

Y cuando tuvimos el saco algo más vacío lo llenamos de una nueva actitud: el punto de partida somos nosotros, así que el cambio ha de venir primero desde nosotros. Y cada miembro del grupo se fijó un nuevo propósito de relación con su hijos, o con una misma o con su pareja. Un propósito muy sencillo y realizable que yo fui guiando.

En el segundo encuentro, seguimos construyendo camino y en esta ocasión atendimos los ¡NO! y los celos pero desde la parte emocional. Sentimos el mensaje emocional que reciben los niños y el mensaje emocional que les trasmitimos nosotros. Así, un poquito más cerca de cómo se sienten nuestros hijos, pusimos la atención sobre cuántos NO les decimos al día a nuestros hijos (no te subas, no pintes, no chilles ,no…) y que cada una lo reconstruyera a su manera en un mensaje positivo. Osea decir lo mismo pero de forma que ofrezca herramientas, fomente la autoestima y el crecimiento.

Es un placer trabajar con un grupo de personas que quiere crecer. Crecer en la dirección del AMOR, del respeto, de la aceptación y que con ello disfrutar de las relaciones con los demás y disfrutar del vivir sin esperar que sean los demás quienes nos lo solucionen, o que sean los demás quienes cambien.

Y estos aprendizajes también los hacemos desde el contacto, la cercanía y el juego, tal y como nos enseñan nuestros hijos.