Aprender valores en la infancia | Edúkame

Aprender valores en la infancia

Los niños aprenden valores a partir de sus propias vivencias

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Nuestros alumnos acostumbran a acudir a sus maestras para quejarse de un niño porque le ha pegado, o porque no le deja un juguete, porque le ha dicho algo que no le ha gustado, etc. En general, observo que los peques buscan en el adulto la solución a sus conflictos o problemas.

Personalmente, esta situación no me gusta. A veces me siento como una especie de "juez de paz" donde tengo que decidir qué hacer para que las dos partes salgan beneficiadas.

Así que hace un año que decidí cambiar mi actitud para ofrecer a mis alumnos la autonomía y la libertad necesaria para que expresen al otro niño lo que siente, lo que no le ha gustado, lo que quiere del otro. Siempre des del respeto y no desde el abuso de poder (el que es más mayor, más fuerte), des del mal trato (chillar, gritar, pegar, empujar...).

Quiero esa pelota y no me la dan

Un niño llamado Marc viene hacia mí para pedirme la pelota con la que otros niños están jugando.

- Noelia quiero esa pelota roja.

- Ah, ¿si? Pero esa pelota no la tengo yo, no te la puedo dejar. ¿A quien se la tienes que pedir?

- Pues a ellos.

- Vale.

Marc se dirige hacia el grupo de niños y les pide la pelota pero ellos no se la dan porque están centrados en su juego. Marc vuelve hacia mi y enfadado me dice:

- ¡Mira no me la dejan y yo se la he pedido por favor!

-Vaya. Pues tendrás que esperar hasta que acaben de jugar. O también puedes preguntar si puedes jugar con ellos o buscarte otra pelota.

- ¡No, yo quiero la pelota!

Marc se va enfadado y frustrado porque no ha conseguido en el instante lo que él quería. A los dos minutos vi a Marc acercarse al grupo de niños  para jugar con ellos.

Lo que están aprendiendo de sí mismos

A partir de esta situación las dos partes, es decir, el niño que pide la pelota y los que están jugando con esta pelota aprenden diferentes valores.  En este caso,  el niño que pide, Marc, está aprendiendo a:

  • expresar al otro lo que quiere,
  • respetar la decisión del otro,
  • recibir un NO como respuesta conlleva encajar una pequeña frustración,
  • esperar que le dejen la pelota,
  • y a buscar una alternativa o una solución para jugar a la pelota en ese momento y no tener que esperar. En este caso, se añadió al juego.

Los otros niños que tienen la pelota aprenden a:

  • escuchar al otro,
  • responder con honestidad,
  • y por último, a aceptar una incorporación de un compañero en su juego con la pelota.

Ser el guía y no el juez que decide

Las palabras en negrita son valores que mis alumnos aprenden significativamente desde su propia vivencia. Es decir, cuando los niños  se relacionan y juegan entre ellos  ponen en práctica y  hacen suyos valores como el respeto, expresar lo que desean, la espera, la escucha y la aceptación a partir de situaciones normales como ésta.

El adulto deja de ser un "juez" para ser un guía que acompaña al niño a través de preguntas, de pistas y de su observación. Algo tan simple y a la vez profundo.

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Escrito por:

Noelia Murillo
Noelia Murillo

Educadora Infantil, Maestra Educación especial y Terapeuta Gestalt