Los niños saben solucionar sus conflictos | Edúkame

Los niños saben solucionar sus conflictos

¿Sí o no?

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En la clase de psicomotricidad propuse a mis alumnos de 3-4 años un circuito con desniveles y saltos.  El ejercicio consistía en recorrer este circuito y que experimentasen el equilibrio dinámico.

Durante el recorrido una niña llamada Edith interrumpe el paso a otra niña, Carla. Ella empieza llorar y a gritar mi nombre para que le ayudara a sacar del medio a Edith. A la vez, ésta también empieza a llorar porque decía que la otra le molestaba.

Las dos lloraban y gritaban:

- ¡Mira Noelia, mira me molestaaaaa....aaaaaaaaaaaaaaaa!.

Intuía que las niñas buscaban mi atención y querían que les sacase del problema. Así que me puse de espaldas a ellas pero las miraba por el reflejo de un espejo. Quería observar y darles la oportunidad de que resolvieran el conflicto por ellas mismas.

Al cabo de un minuto de estar gritando, Edith mira a Carla y le dice:

-¡Pero si estas llorando sin lágrimas!.

A lo que Carla para de llorar y le contesta:

-Y tú también.

Las dos se levantan y siguen su camino en el juego. Sin más. Me dí la vuelta, las miré y sonreí.

Llevo unos meses poniendo atención en los conflictos de mis alumnos. Antes acababa interviniendo y adelantándome a lo que iba a pasar. Les decía: "cuidado, no hagas esto, déjale el juguete, etc." Y siempre con la moralina: "esto no se hace, no se pega, hay que compartir". Era como si pusiera mi grabadora en marcha para repetir lo mismo una y otra vez.

Quería que lo arreglaran de la mejor manera. Incluso quería evitar que llegara el conflicto para que hubiera armonía en la clase.

Me dí cuenta que de esta manera los niños requerían siempre de una persona para llegar a un acuerdo. Hasta llegaban a quejarse por cualquier cosa. Así que me propuse que antes de actuar dejaría un tiempo para observar qué pasa cuando los niños se encuentran con algún "problema".

Ahora estoy descubriendo que si les dejo que experimenten para que busquen una solución en el conflicto lo acaban consiguiendo por ellos mismos. Además, lo hacen de mil maneras posibles: una vez cede uno y el otro acepta, otras deciden que primero tiene uno el coche y luego se lo dejará, otras lo comparten, etc.

En los conflictos más graves o cuando no saben cómo hacerlo sí que intervengo y procuro darles pistas de cómo solucionarlo para que ellos decidan. Si un niño ha hecho daño a otro le hago ver el daño que ha provocado y buscamos la manera de curar al niño dañado con besos, un abrazo o una caricia.

De esta manera,  los alumnos son más autónomos en la gestión de sus conflictos, exploran sus sentimientos y van adquiriendo por ellos mismos diferentes experiencias que les ayudan a enfrentarse a futuras situaciones.

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Escrito por:

Noelia Murillo
Noelia Murillo

Educadora Infantil, Maestra Educación especial y Terapeuta Gestalt